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Resumen

Este trabajo de investigadores de la Universidad de Ulsan, en Seúl, Corea del Sur, trata de indagar sobre la posible relación entre el agrandamiento de la zona avascular foveal (ZAF) y la aparición de cambios estructurales en la OCT, en pacientes con edema macular diabético (EMD) isquémico.

Se trata de un estudio retrospectivo de corte que incluye datos sobre 35 ojos de 33 pacientes que cumplían criterios de EMD isquémico en la angiografía (aumento de la ZAF con márgenes irregulares en la angiografía). Se excluyeron todos aquellos pacientes con posibles factores de confusión asociados tales como tratamiento con láser en los últimos 6 meses, tratamiento con inyecciones de agentes anti-VEGF en los últimos 3 meses, o presencia de cataratas consideradas “significativas” (>NO3 o NC3). En todos estos pacientes se determinaron diversas mediciones que incluían: Mejor agudeza visual corregida (MAVC), grosor y volumen centrales promedio retinianos (“central subfield thickness” y “central subfield volume”) mediante programa automatizado, grosor coroideo subfoveal (determinado manualmente en el “enhanced depth imaging mode”), longitud del segmento externo de la capa de fotorreceptores (también por determinación manual), extensión lateral de la disrrupción de la unión entre segmentos externos e internos de fotorreceptores (medido en planos horizontal y vertical en las 200 micras perifoveolares) y el cociente resultante de las áreas ZAF/Cabeza de nervio óptico (resultante del cálculo de áreas mediante el software “ImagenJ” del software (National Institutes of Health; ver http://rsbweb.nih.gov/ij/)Todas las mediciones de OCT fueron efectuadas con un aparato SD-OCT (Spectralis HRA-OCT; Heidelberg Engineering, Heidelberg, Germany). Se incluyeron 16 hombres y 17 mujeres con una edad media de 58 +/- 11 años (rango de 23-70 años). Todos los ojos presentaban retinopatía diabética (3 pacientes con retinopatías moderadas no-proliferativas, 16 pacientes con retinopatías severas no-proliferativas y 16 con retinopatías severas proliferativas). El estudio refleja cómo la media del cociente de áreas ZAF/cabeza del nervio óptico se correlacionó positivamente con la MAVC (en escala LogMAR) de los pacientes incluidos. A su vez, la media de las longitudes de los segmentos externos de los fotorreceptores, así como la media de la extensión de la disrrupción de la unión de los segmentos internos y externos de los fotorreceptores se correlacionaron con el cociente de áreas ZAF/cabeza del nervio óptico. Finalmente, como la media de la extensión de la disrrupción de la unión de los segmentos internos y externos de los fotorreceptores correlacionó positivamente con la MAVC. En definitiva, la isquemia foveal en el EMD parece causar estrechamiento en el segmento externo de la capa de fotorreceptores y disrupción de la unión entre segmentos externos-segmentos internos, que resulta en cambios atróficos de la retina externa y, en definitiva, pérdida de visión.

Comentario

El EMD es una de las principales causas de ceguera en los pacientes diabéticos. Ya se conoce el fenómeno de agrandamiento de la ZAF que se da en muchos de estos pacientes, que es un signo de isquemia y además puede contribuir a la formación de edema macular, así como a un peor pronóstico visual y a una mala respuesta al tratamiento. En los últimos tiempos se han producido grandes avances en las técnicas de diagnóstico por imagen en oftalmología que han contribuido a un mejor análisis morfológico (casi anatomopatológico) de los cambios asociados a diversas enfermedades retinianas. Entre todas ellas destaca la OCT, especialmente la OCT de última generación, con capacidad para proporcionar imágenes con gran resolución axial (de menos de 5 micras). Han sido varios los estudios que destacan la correlación entre cambios estructurales en la OCT y el pronóstico visual en pacientes con EMD, sin embargo poco se conocía hasta el momento acerca de los posibles cambios morfológicos foveolares que caracterizan la pérdida de visón asociada a la forma isquémica de EMD. En este trabajo se ponen de relieve estos cambios, y se sientan así las bases para un mejor y más precoz diagnóstico y control del EMD isquémico sin tanta necesidad de la angiografía, una prueba mucho más cruenta. Además se incide en la idea, ya reflejada en otros tipos de edema como el uveítico, de la necesidad de una línea IS-OS preservada para mantener una buena visión.

Conclusiones

La SD-OCT puede ser una gran herramienta en el diagnóstico y manejo de los pacientes con EMD isquémico. Son necesarios estudios con más pacientes para poder definir mejor las posibilidades de esta técnica.

AUTOR: MIGUEL CORDERO COMA.

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