91 544 80 35 - 91 544 58 79

Autores:

Grace Huang, BS; Christina H. Fang, BS; Nitin Agarwal, MD; Neelakshi Bhagat, MD; Jean Anderson Eloy, MD; Paul D. Langer, MD

Resumen

Objetivo: La utilización masiva de Internet para recabar información oftalmológica por parte de los pacientes ha hecho que muchas sociedades, agrupaciones y profesionales del ámbito oftalmológico incorporen material electrónico on line destinado a la información del paciente (MEP) El objetivo de este trabajo es determinar si este material posee un nivel adecuado para su comprensión para un público no profesional y sigue las recomendaciones acerca del nivel de lectura para el público en general de la American Medical Association y el National Institutes of Health.

Resumen: Se trata de un estudio descriptivo. Se han recopilado 330 MEP on line en un periodo de tiempo entre 1 y 30 de Junio del 2014. Todos ellos fueron estudiando utilizando diez escalas: El Flesch Reading Ease test, Flesch-Kincaid Grade Level, Simple Measure of Gobbledygook test, Coleman-Liau Index, Gunning Fog Index, New Fog Count, New Dale-Chall Readability Formula, FORCAST scale, Raygor Readability Estimate Graph, y Fry Readability Graph. La media de la Flesch Reading Ease score fue de 40.7 (rango, 17.0-51.0), lo que se correlaciona con un grado de difucultad de lectura alto. Se obtuvo una puntuación de 10.4 a 12.6 para la Flesch-Kincaid Grade Level; 12.9 a 17.7 para el Simple Measure of Gobbledygook test; 11.4 a 15.8 para la Coleman-Liau Index; 12.4 a 18.7 para el Gunning Fog Index; 8.2 a 16.0 para la New Fog Count; 11.2 a 16.0 para la New Dale-Chall Readability Formula; 10.9 a 12.5 para la escala FORCAST; 11.0 a 17.0 para el Raygor Readability Estimate Graph; y 12.0 a 17.0 para el Fry Readability Graph. Mediante un análisis de la varianza se demostró una diferencia estadísticamente significativa entre los diferentes website para las diferentes escalas (P<0.001).

Comentario

Estados Unidos lleva ventaja con respecto al uso de Internet como fuente de información de asuntos sanitarios por los pacientes. La segunda opinión ha sido sustituida en muchos casos o al menos complementada por una búsqueda de información on line. El término cibercondriaco aún muestra poco predicamento en nuestro medio pero es una noción que nos encontraremos cada vez en más ocasiones. Este tipo de búsqueda de información muestra dos problemas fundamentales. Los sitios sin respaldo profesional a menudo muestran información de poca calidad, sesgada o presentada de forma sensacionalista cuando no fraudulenta. El paciente más instruido busca en cambio aquellos lugares que muestran un respaldo profesional solvente, ya se trate de asociaciones estatales, colegios de médicos, asociaciones profesionales, médicos de reconocido prestigio, etc. En este caso el problema no es la deficiente calidad de la información suministrada, sino el tipo de lenguaje y los conceptos allí vertidos, que en muchas ocasiones adoptan un tono profesional en vez de divulgativo. Este trabajo muestra bien a las claras que la teminología y el tono empleados por la mayoría de los MEP no es adecuado para establecer una comunicación eficaz con el paciente medio. Las causas son múltiples, entre ellas podemos destacar la incapacidad de los profesionales sanitarios de cambiar de registro y adoptar su materia para un público no especializado pero también la sombra de la judicialización. Este material muchas veces mimetiza la forma de un consentimiento informado e incluso sus objetivos, incluyendo el temor de que la falta de información relevante tenga repercusiones legales. A este respecto debe quedar claro, tanto para el médico com para el paciente, que la información on-line no sustituye al acto médico y que no puede ser utilizado para que el paciente tome decisiones por su cuenta. Tampoco es un tratado exclusivo y su carácter orientativo debe ser señalado en todas las ocasiones.

Conclusión

La información suministrada por fuentes oftalmológicas profesionales on line exige un nivel de comprensión lectora elevada, a menudo inadecuada para un perfil de paciente estándar. Este tipo de material debería ser reescrito en un nivel y tono apropiado para la población general.

AUTOR:
Pedro Beneyto.

Referencias:
1. Gal RL, Dontchev  M, Beck RW, et al; Cornea Donor Study Investigator Group.  The e(1) Nielson-Bohlman L, Panzer AM, Kindig  DA. Health Literacy: A Prescription to End Confusion. Washington, DC: National Academies Press; 2004.
(2) Walsh  TM, Volsko TA. Â Readability assessment of Internet-based consumer health information. Respir Care. 2008;53(10):1310-1315.
(3) US National Library of Medicine. How to write easy-to-read health materials. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/etr.html. Accessed June 6, 2014.

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