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AUTORES: Taiichi Hikichi, Makoto Higuchi, Takuro Matsushita, Shoko Kosaka, Reiko Matsushita,Kimitaka Takami, Hideo Ohtsuka, Hirokuni Kitamei, Shoko Shioya

Los Autores presentan un estudio prospectivo a dos años sobre el tratamiento de la Vasculopatía Coroidea Polipoidea (VCC) que se caracteriza por la formación de redes de ramificaciones vasculares que acaban presentado unas lesiones polipoideas de color rojo-anaranjado. En la mitad de los casos el curso es benigno pero en la otra mitad los sangrados de repetición acaban produciendo una pérdida visual importante.

Resumen

Los Autores presentan un estudio prospectivo a dos años sobre el tratamiento de la Vasculopatía Coroidea Polipoidea (VCC) que se caracteriza por la formación de redes de ramificaciones vasculares que acaban presentado unas lesiones polipoideas de color rojo-anaranjado. En la mitad de los casos el curso es benigno pero en la otra mitad los sangrados de repetición acaban produciendo una pérdida visual importante.

Los estudios presentados con terapia fotodinámica hablan de muy buenos resultados en el primer año pero a largo plazo muchos pacientes sufrían sangrados de repetición que empeoraban el pronóstico visual. En casi todos los pacientes se conseguía hacer desaparecer las lesiones polipoideas pero no la red de ramificaciones vasculares.

Se trata de un estudio prospectivo con 85 ojos de 82 pacientes con VCC sintomática y en todos los casos existía liquido subrretiniano y DEP. En todos se realizó un examen oftalmológico incluyendo AV con el Optotipo de Landolt; AFG e ICGA empleando un Angiógrafo con láser confocal para la medida de las lesiones; así mismo se realizó una OCT de dominio temporal. Se revisaron mensualmente con AV y OCT y en los meses 3, 6, 12 y 24 con AFG e ICGA. En todos se pautaron 3 dosis mensuales al inicio y después reinyecciones a demanda (PRN).

Tras desechar 10 ojos respecto al estudio preeliminar a 1 año, se hizo el seguimiento completo en los 75 restantes precisando una media de reinyecciones de 1.2 ± 1.3 en el primer año y 1.6 ± 1.7 en el segundo año, el número total de inyecciones sumando la dosis de carga fue de 5.6 ± 1.9. En 24 ojos (32%) no fue necesaria ninguna inyección en el 2º año, sin embargo en 14 ojos (19%) se precisaron de 3 o más.

La AV media fue convertida a logMAR siendo la AV media inicial de 0.59 ± 0.51, con una mejora al año de 0.37 ± 0.33 logMAR resultando la diferencia P = 0.001. Aunque la AV media a los 2 años mejoró 0.41 ± 0.40 fue también significativa (P = 0.001) si se observó un leve descenso respecto a la AV tras la primera inyección aunque sin significación (P = 0.37. El número de ojos que perdió más de 0.3 logMAR de AV en el 1º año fue de 5 ojos (7%) sin embargo este numero aumentó a 7 ojos (10%) durante el segundo año debido en todos ellos a sangrados de repetición. El grosor foveal medio con OCT decreció de forma significativa al primer año de 324±80 μ a 211±45 μ (P = 0.001) y se mantuvo al final del 2º año que fue de 213±42 μ (P = 0.001). En la ICGA se observo una desaparición de las lesiones polipoideas en 30 ojos (40%) el primer año y se redujo a 19 ojos (25%) el 2º. Las ramificaciones vasculares persistieron en todos los ojos durante los 2 años y se produjo un aumento de un 20% de su tamaño durante el 2º año.No se observaron efectos secundarios ni oculares, ni generales asociados al Ranibizumab.

Comentario

De este riguroso trabajo se desprenden 2 conclusiones; la primera que la inyección intravítrea de Ranibizumab a demanda es un tratamiento eficaz y seguro para el tratamiento de esta patología; la segunda que no es posible con este tratamiento eliminar dicha patología que debe ser controlada de forma crónica.

Hay mucho otros autores que han planteado presentado trabajos similares con TFD sola o en combinación con inyecciones de antiangiogénicos; así como con inyecciones aisladas de Bevacizumab a 2 años (Wakabayashi T, Br J Ophthalmol. 2012 Mar;96(3):394-9) que obtiene resultados muy similares a los de este estudio; pero no hay estudios similares con Ranibizumab.

En todos los artículos similares se observaron mejoras importantes durante el primer año pero se detectaron caídas leve de la AV en el segundo año así como episodios de resangrados responsables de los ojos con peores AV, al igual que en este estudio.

La fuerza de estudio es el hecho de ser prospectivo, así como su rigurosidad. Las flaquezas son el empleo de AV en logMAR, el empleo de OCT de dominio temporal y el hecho de no tener grupo de control.

Se plantea así mismo la posibilidad de realizar una pauta de tratamiento más persistente que la PRN tipo mensual o “treta & extend” que probablemente conseguirá mejores resultados durante el segundo año aunque no se ha publicado resultados al respecto.

AUTOR:
Dr. Luis Arrevola Velasco.
Médico Oftalmólogo.
Clínica Baviera. Madrid

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