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Autores del artículo original

C De Farias, N Allemann, JAP Gomes
Cornea 2016; 35: 438-444

Resumen

Objetivo: Comparar el empleo de membrana amniótica (TMA) versus la realización de un injerto lamelar de córnea (LCT) en el manejo del adelgazamiento corneal.

Métodos: Estudio prospectivo randomizado realizado en pacientes con adelgazamiento corneal en un periodo de 6 meses, incluyendo un total de 19 pacientes. Los pacientes se aleatorizaron de manera consecutiva a TMA o LCT. Las exploraciones fueron realizadas en el momento del diagnóstico y en los días 1, 7,15,30, 90 y 180 días tras la cirugía. Las revisiones de los 30, 90 y 180 días incluyeron biomicroscopía ultrasónica (BMU).

Resultados: La infección herpética fue la causa más frecuente de adelgazamiento corneal (9 ojos) seguida de causas postquirúrgicas (5). Aunque todos los pacientes mostraron un aumento significativo del grosor corneal al final del seguimiento, éste fue superior en los que recibieron LCT. Independientemente de la técnica quirúrgica, todos los pacientes epitelizaron correctamente. Los pacientes que recibieron TMA mostraron una disminución de la neovascularización corneal (NVC) de un 89%. La AVMC final fue superior en el grupo de TMA.

Conclusiones: LCT ha demostrado ser la mejor opción para tratar el adelgazamiento corneal. TMA representa una buena alternativa que permite una buena recuperación visual pero no restaura el grosor corneal de manera tan eficiente como el LCT.

Comentario

Estudio bien diseñado para evaluar las dos técnicas quirúrgicas más empleadas en el manejo de los adelgazamientos estromales refractarios al tratamiento médico. Ambas técnicas tienen sus ventajas e inconvenientes. El uso de LCT ha demostrado ser efectivo pero puede cursar con rechazo del injerto, opacificación, neovascularización y astigmatismo elevado. El TMA no es tan resistente como LCT y el tejido puede ser reabsorbido tras la cirugía, pero por sus propiedades antiangiogénicas y antifibróticas suele cursar con menor NVC y menor opacidad residual. Por ello, los autores plantean este estudio prospectivo y aleatorizan a los pacientes a ambos grupos de tratamiento durante un periodo de 6 meses, en los que incluyen 19 casos. En cuanto a la técnica de TMA, usan un procedimiento de relleno con varios fragmentos de MA colocados en el defecto estromal con el epitelio hacia arriba no suturados, y un fragmento de unos 2 mm superior al tamaño del defecto que se coloca como parche y es suturado con puntos sueltos, colocando finalmente una lente de contacto. En el caso de la LCT, se realizó una disección periférica lamelar en la zona de la perforación extendiéndose más allá de los bordes 1-1,5 mm, y se colocó un injerto lamelar de cornea del mismo diámetro que la disección en la cornea receptora, que se suturó con puntos sueltos.

Con ambas técnicas consiguen la epitelización de la córnea, aunque el grosor corneal final en la zona del adelgazamiento es mejor cuando se emplea LCT. Sin embargo, el uso de TMA se asocia con una menor neovascularización corneal y una mejor AVMC final.

Finalmente, los autores proponen un algoritmo para el manejo de los adelgazamientos corneales. 1) Los adelgazamientos corneales centrales o paracentrales mayores de 2.0 mm de extensión y de 250 micras de profundidad deberían tratarse mediante LCT. 2) Adelgazamientos menores de 2.0 mm y de 250 micras de profundidad deberían tratarse mediante TMA.

 

Firma del Autor

David Díaz Valle
Hospital Clínico San Carlos. Madrid

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