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Autores:

Fard MA, Abdi P, Kasaei A, Soltani Mogaddam R, Afzali M, Moghimi S

Resumen

La cabeza del nervio óptico recibe aporte vascular de las arterias ciliares cortas posteriores, pero también de la coroides peripapilar . Dado que las anomalías en esta zona pueden contribuir a la aparición de neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica (NOIA-NA) su estudio con tecnología OCT EDI puede aclararnos la fisiopatología de esa entidad.

Se realizó un estudio prospectivo comparativo de los pacientes diagnosticados de NOIA-NA (ambos ojos) y de controles sanos apareados, a los que se realizó exploración completa y perimetría al debut y a los 3 meses de seguimiento.

Mediante OCT de dominio espectral se midieron el grosor de la capa de fibras, el grosor macular y el área de disco.  Con tecnología EDI se midió el grosor coroideo,  de forma ciega y repetida por varios examinadores.

 

30 pacientes y 25 controles fueron incluidos en el estudio y seguidos entre 4 y 6 meses.  El área de disco fue menor tanto en los ojos afectos como los adelfos de los pacientes respecto al de los de los controles.

Respecto al grosor coroideo peripapilar la medida presentó una buena reproducibilidad tanto intraobservador como interobservador. Su medida fue significativamente mayor en los pacientes de NOIA-NA, tanto en el ojo afecto como en el sano, que en los controles.

En todos los pacientes el tamaño de disco se relacionaba con el grosor coroideo.  La capa de fibras peripapilar fue significativamente menor en los ojos con NOIA-NA respecto a los ojos sanos y a los controles.

 

 

Comentario

Recientemente se ha propuesto la implicación de la circulación coroidea en el desarrollo de diversas patologías oftalmológicas, como el glaucoma.  En este estudio se ha objetivado un aumento de grosor de la coroides en ambos ojos de los pacientes que han sufrido una NOIA-NA unilateral respecto a los controles.

 

Este hecho puede indicar que no se trata de una consecuencia del proceso, si no una característica previa y por ello causante de la isquemia.

 

También el estudio confirmó mediante OCT los datos obtenidos mediante fotografía estereoscópica que apuntaban a un tamaño de disco más pequeño, sin excavación, en ambos ojos de aquellos pacientes que desarrollaron NOIA-NA.

 

Por tanto, el aumento de grosor coroideo podría contribuir al conflicto de espacio en esta patología, que se suma a un fallo en los mecanismos de autorregulación del flujo.  Mediante la tecnología EDI y la OCT angiografía estas hipótesis han de ser confirmadas en posteriores estudios.

Conclusión

El estudio con tecnologías avanzadas de OCT nos puede permitir conocer más y mejor la etiopatogenia de muy diversas patologías como la neuropatía óptico-isquémica no arterítica. Aunque hacen falta más trabajos para evaluar el verdadero valor de estos hallazgos, parece que estamos ante un avance notable en este campo.

 

 

AUTOR:

Esther Rodríguez Domingo

Oftalmóloga del Complejo Asistencial Universitario de León

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