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Autores:
Jeffrey R. SooHoo, Brett W. Davies, Rebecca S. Braverman, Robert W. Enzenauer, Emily A. McCourt.

Resumen

Estudio demográfico de 138 pacientes < de 18 años durante un periodo de tiempo de 5 años,  que sufrieron traumatismo ocular con hiƒema unilateral y fueron atendidos en un hospital terciario; se estudiaron también los resultados finales. El 88% ocurrió en varones; la edad media fue de 10 años; y en un 90% el traumatismo ocurrió en el hogar. Las causas más frecuentes fueron los juegos en general (27%), las pistolas (26%), y la práctica de deportes (23%).En sólo 3 pacientes la AV final fue menor de ½ ( cicatriz retiniana, rotura coroidea, y neuropatía traumática respectivamente), ningún paciente tuvo re-sangrado. Pocos requirieron cirugía (12%) para tratar la hipertensión ocular asociada, 3 de los 4 que requirió cirugía de glaucoma la causa fue debida a un traumatismo con un proyectil de goma o de plástico de una pistola de aire.  La mayoría se controló medicamente con tratamiento tópico y/o sistémico. La PIO fue medida con el Tono pen (Reichert Technologies, Depew, NY).

De los pacientes con tensión elevada, el 70% se normalizó después del mes sin requerir tratamiento; seis pacientes necesitaron tratamiento durante más de 1 mes, y 4 tuvieron que ser operados antes de los 3 meses del traumatismo. Entre los factores de riesgo asociados a la necesidad de cirugía del glaucoma se encontrón una PIO inicial de 35 mmHg ( 2 de los 4 pacientes operados de glaucoma tuvieron una PIO > de 40 mmHg)

Comentario

El traumatismo ocular es una de las principales causas de ceguera monocular en los niños. El hifema secundario a traumatismo es más frecuente en niños que en adultos, sobre todo en el sexo masculino.

Las limitaciones de este estudio son que es un trabajo retrospectivo, que no se han podido establecer protocolos de tratamiento para la hipertensión ocular, ni dar una prevalencia real de los hifemas traumáticos ya que algunos no acudieron probablemente al hospital terciario, el corto periodo de seguimiento, y que no en todos los casos se pudo realizar un estudio gonioscópico.

Sin embargo tiene otros aspectos interesantes como demostrar que no hubo hemorragias secundarias en ninguno de los casos que fueron seguidos simplemente recomendando un reposo estricto en casa, sin necesidad de ingresar a los pacientes en el hospital.

Conclusión

Muy pocos pacientes necesitaron cirugía para controlar el aumento de tensión ocular secundaria a los hifemas traumáticos. El factor de riesgo asociado a una necesidad de la intervención quirúrgica fue una PIO muy elevada inicial ( 35 mmHg). El reposo absoluto sin necesidad de ingreso hospitalario asociado a una medicación tópica de la hipertensión y la inflamación ocular condujo generalmente a la resolución del hifema sin complicaciones graves, ni pérdida de visión.
AUTOR:
Pilar Merino Sanz.

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