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Autores del artículo original:

Chan AT, Ulate R, Goldich Y, Rootman DS, Chan CC.

Resumen

Objetivo: Describir los resultados de pacientes con degeneración marginal de Terrien (DMT).

Métodos: Se trata de una serie de casos retrospectiva en la que se realizó una revisión de la historia clínica de 25 pacientes (43 ojos) con DMT vistos en la consulta de Córnea del Toronto Western Hospital. Las variables obtenidos fueron datos demograficos, localización de la enfermedad, astigmatismo topográfico, agudeza visual, enfermedad ocular coexistente y manejo quirúrgico.

Resultados: La edad media de presentación fue de 44 años (rango 20-82 años) y el 54% eran hombres. 18 pacientes (72%) tenían enfermedad bilateral. El seguimiento medio fue de 30,3 meses. El astigmatismo topográfico medio fue de 4,02 D a 5º. El cambio medio de astigmatismo un año tras el diagnóstico fue de 0,75vD, a los dos años de 1,22 D y a los tres años de 1,68 D. La AVMC al inicio fue de 20/46 y al final del seguimiento de 20/48. Los ojos que requirieron cirugía (23,3%) tenían una AVMC de 20/81 en el debut y 20/106 tras la intervención. Se perforaron cinco ojos, cuatro de forma espontánea y uno tras un traumatismo. Tres ojos (6,9%) se presentaron con pseudopterigión, dos ojos (4,7%) con quistes intracorneales y 14 pacientes (56%) con inflamación de la superficie ocular.

Conclusiones. La DMT es una degeneración lentamente progresiva bilateral, pero asimétrica, de la córnea periférica. Hombres mayores de 40 años la presentan con más frecuencia. Adelgazamiento estromal, vascularización, depósitos lipídicos y astigmatismo contra la regla son la signos clásicos. Aunque es típicamente no inflamatoria, existe una variante caracterizada por inflamación prominente. La cirugía (en forma de trasplante lamelar) puede preservar la integridad corneal y está indicada cuando las opciones convencionales fallan en mantener la visión o la perforación es inminente. Las perforaciones son raras pero pueden producir una pérdida de visión significativa.

Comentario

La DMT es una ectasia corneal descrita hace apenas 25 años y los casos presentados en la literatura siguen siendo escasos, por lo que los autores presentan las características de su serie de casos para confirmar los hallazgos previos.

El rango de edad de los pacientes afectos es alto, desde los 20 a los 82 años, con una media de 44±18 años, y una leve preponderancia de género masculino. Un 72% de los pacientes tenían afectación bilateral en el momento del diagnóstico. Es importante señalar que la edad media de los pacientes con afectación unilateral al diagnóstico era sensiblemente menor, en torno a los 30 años, por lo que es posible que en realidad fueron casos bilaterales pero sin manifestación clínica en el ojo adelfo por tan temprano diagnóstico. Dos tercios de los pacientes (65%) se presentaron con afectación superior o supero nasal, mientras que el resto tenía afectación mayor a 180º. Los pacientes presentaban un astigmatismo contra la regla medio de 4 D en el momento del diagnóstico, con aumento de más de 1,5 D a los dos años. Necesitaron cirugía 10 ojos (23,3%) siete de ellos quratoplastia lamelar, mientras que cinco ojos (11,6%) sufrieron perforación, cuatro de ellos espontánea y uno por un mínimo traumatismo. La agudeza visual media de los pacientes en el momento del diagnóstico era inferior a 0,5, con visiones finales algo menores. La aparición de pseudopterigión (6,9%) y quistes intracorneales (4,7%) fue poco frecuente. Una mayoría de pacientes presentaban inflamación de la superficie ocular (hiperemia bulbar, edema e infiltración estromal). 10 pacientes (40%) presentaban disfunción de glándulas de meibomio y cinco (20%) rosácea ocular y/o sistémica, lo que puede indicar que exista una asociación etiológica entre ambas patologías y la DMT.

No es, por desgracia, usual encontrar características clínicas y pronosticas de series de casos de pacientes con patologías como la DMT, debido a su escasa prevalencia. De su lectura se pueden extraer interesantes datos que exportar a nuestra práctica clínica, pues sin duda facilitan el diagnóstico de la patología y nos permiten conocer importantes datos pronósticos y terapéuticos de pacientes con DMT.

Conclusión

Esta serie de casos, la mayor hasta la fecha, es un buen reflejo de las características demográficas y clínicas de pacientes con DMT, incluyendo la necesidad de cirugía y riesgo de perforación. Tales datos pronósticos debe conocerlos cualquier oftalmólogo, así como en que grupos de edad y de que forma es más posible la presentación de la patología. Además, es importante diferenciar las formas inflamatorias de las no inflamatorias y reconocer los casos con mayor riesgo de perforación, para adoptar las medidas terapéuticas más acertadas en esos casos.

AUTOR:
Pedro Arriola Villalobos

Hospital Clínico San Carlos. Madrid

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