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Resumen

 Objetivo: Describir las características clínicas y demográficas y el manejo en caso de pterigión en la infancia.
Métodos: Se trata de un estudio retrospectivo de 19 niños (un total de 26 ojos) menores de 16 años, con pterigión evaluados en un único centro de atención terciaria ocular desde Enero de 2000 a Agosto de 2011. Las variables estudiadas fueron las características clínicas, la asociación a enfermedades oculares o sistémicas, el abordaje terapéutico y la histología de los casos operados.
Resultados: De los 19 pacientes, 10 eran niñas y nueve niños. La edad media de presentación fue de 10 años y medio (rango 2-15 años), con afectación bilateral en el 37% de los casos. Ninguno tenía historia familiar de la enfermedad. El astigmatismo refractivo medio fue de -0.5 Dp. En todos los casos excepto en un ojo el pterigión era primario. Cuatro ojos (15%) requirieron cirugía, mediante escisión y autoinjerto limbo-conjuntival fijado con pegamento de fibrina. El seguimiento de los casos operados fue de entre cinco y 38 meses (media de seis meses). Un caso operado recidivó un año después de la cirugía.
Conclusiones: La aparición de pterigión es una posibilidad en los niños. No se identificaron factores predisponentes, ni ambientales ni familiares. La mayoría de los casos se manejaron de forma conservadora.

Comentario

Este artículo viene a cubrir un hueco existente en la literatura, presentando la serie más larga hasta la fecha de pterigión en edad pediátrica. Los autores analizan 19 pacientes menores de 16 años con pterigión evaluados en un hospital de India, y refieren una incidencia de 6/100.000 niños valorados en ese mismo periodo de tiempo. Se descartaron casos secundarios a traumatismo, xeroderma pigmentoso o formas atípicas de dudoso diagnóstico. Se buscaron otras enfermedad oculares y sistémicas asociadas. Los autores definieron unos criterios de tratamiento quirúrgico para el pterigión en estas edades: cercanía del pterigión al eje visual, astigmatismo significativo, crecimiento del pterigión documentada por un oftalmólogo o reportada por los padres, recidiva del pterigión o indicación cosmética. Como vemos, los criterios quirúrgicos son los mismos que empleamos en otros grupos de edad.
La edad media de los 19 niños fue de 10,63?b3,48 años (2-15 años). El caso de dos años es, con mucho, el más precoz publicado. Había siete (37%) casos bilaterales. El porcentaje de bilateralidad es similar al que encontramos en la práctica clínica en mayores de edad, mientras que en la literatura ese porcentaje es muy variable. Ningún caso presentaba historia familiar de pterigium, lo que se hace raro en un área con tal incidencia de esta enfermedad. Del mismo modo, no se encontró asociación con área de residencia o actividad al aire libre, lo que hace que este estudio aporte poca información sobre las posibles asociaciones o etiologías de esta enfermedad en edades tan tempranas. En cuanto a enfermedades asociadas, no se encontró ninguna enfermedad sistémica relevante. Cinco niños (26,31%) asociaban enfermedades oculares. Uno de ellos tenía queratocono, otro queratoconjuntivitis vernal (QCV), en otro coexistían ambas patologías, otro presentaba catarata polar posterior e hipertropia y el quinto tenía exotropia. Casi dos tercios de los niños presentaban astigmatismo refractivo, pero en niveles sin significación visual ni potencial ambliogénico.
Fueron intervenidos cuatro pacientes, todos ellos por progresión documentada del pterigión. Uno de los casos intervenido era recidivado, sin nueva recidiva a los 38 meses de la cirugía, Otro caso recidivó al año de la cirugía, sin nueva recidiva a los cinco meses de seguimiento. Solo dos casos superan el año de seguimiento, con lo que se antoja algo apresurado obtener conclusiones sobre la recidiva de estos casos sin tener un seguimiento algo mayor (al menos de un año).
El análisis histológico no permite obtener conclusiones sobre la etiopatogénesis del pterigión en edades tempranas.
Los propios autores reconocen las limitaciones del estudio, que no es representativo de la verdadera incidencia del pterigión infantil en su comunidad, pues no es un estudio poblacional, sino un estudio de casos retrospectivo. Muchos niños sin sintomatología o no derivados para evaluación han podido quedar sin diagnosticar. Del mismo modo, debido al tamaño muestral y al corto seguimiento tras la cirugía, no se pueden obtener conclusiones sobre la tasa de recidiva postquirúrgica o el potencial ambliogénico del pterigión.

Conclusiones

El pterigión es una patología que se presenta típicamente entre la segunda y cuarta década de la vida. Pero no conviene olvidar que puede aparecer en niños menores de 16 años (en ocasiones en edades tan tempranas como los dos años) en ocasiones asociado a otras patologías que sí son más frecuentes en la infancia, como el queratocono o la QCV. También es importante recordar que por el posible astigmatismo asociado, es una potencial causa tratable de ambliopía. Los autores recomiendan, si es necesaria la cirugía, una técnica de autoinjerto conjuntival fijado con pegamento biológico como la empleada en adultos, aunque el bajo tamaño muestral y el escaso seguimiento impiden certificar la eficacia de esta técnica.
AUTOR:
Pedro Arriola-Villalobos
Hospital Clínico San Carlos. Madrid.

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