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Autores

Kim C, Kim KN, Kang TS, Jo YJ, Kim JY

Am J Ophthalmol 2016;162:132-139.

 

Resumen

Objetivo: Explorar los cambios en longitud axial (LA) y error refractivo tras normalización no invasiva de la PIO desde valores elevados.

Métodos: Se trata de un estudio prospectivo observacional en el que se incluyeron 51 pacientes consecutivos con una elevación anormal unilateral de la PIO (≥10 mmHg que el otro ojo, que tenía PIO ≤21 mmHg). Se midió la LA y queratometría mediante biometría óptica (IOLMaster) antes y después de la normalización de la PIO (definida como el mantenimiento de una diferencia de PIO ≤3 mmHg con el otro ojo, con o sin aplicación de terapia tópica hipotensora). También se determinó la diferencia refractiva predicha (el error refractivo predicho tras la normalización de la PIO tras poner una LIO con su potencia para emetropía determinada previamente a la normalización de la PIO).

Resultados: La LA se redujo significativamente de 23,5 a 23,3 mm tras la normalización de la PIO (de 45,9 mmHg a 14,3 mmHg, p<0,001). El cambio en la PIO tenía correlación con el de la LA (r=0,826, p<0,001) pero no con el de la queratometría (p=0,618). El cambio en LA por descenso de 10 mmHg fue de -0,06 mm (p<0,001). El cambio en PIO tenía correlación la diferencia refractiva predicha (r=0,693, p<0,001); la diferencia refractiva predicha por cada 10 mmHg de descenso de PIO fue de +0,15D (p<0,001).

Conclusiones: La LA desciende y la diferencia refractiva predicha aumenta (hiperopía) según desciende la PIO. De este modo, debe considerarse un posible riesgo de tendencia a la hiperopía en el postoperatorio si la biometría para el cálculo de la LIO se realiza en un paciente con una PIO anormalmente alta.

Comentario

No es infrecuente realizar una cirugía de catarata en ojos con PIO elevada. De hecho la facoemulsificación es un tratamiento de primera línea en el glaucoma agudo fáquico. Para conseguir un buen resultado refractivo tras la intervención es vital conocer que influencia puede tener esa PIO elevada en las dos variables que participan en el cálculo de la LIO en las fórmulas de tercera generación. Este estudio da respuesta a tal hipótesis,

Para ello los autores realizaron las medidas mediante biometría óptica (IOLMaster 500) antes y después de normalizar la PIO en 51 pacientes con elevación unilateral de PIO de diferente etiología (39,2% glaucoma ángulo abierto, 31,4% glaucoma ángulo cerrado, 15,7% glaucoma neovascular, 7,8% glaucoma uveítico y 6% glaucoma traumático). La normalización de la PIO se consiguió mediante tratamiento médico tópico o sistémico o tratamiento láser, pero no tratamiento quirúrgico, para evitar la influencia que la cirugía puede tener sobre la PIO. Tras la normalización de la PIO la LA se redujo en 0,2 mm, la cámara anterior en 0,1, la queratometría media en 0,2D y el equivalente esférico en 0,4D. Existe además correlación significativa entre el descenso de la LA y la PIO.

Ante estos resultados, los autores recomiendan, para mejorar el estado refractivo final de los pacientes, realizar la biometría tras la normalización de la PIO, evitando así la tendencia a la hipermetropía si consideramos las variables oculares medidas en situación de PIO elevada.

Conclusiones

Debemos recordar la influencia que una PIO elevada tiene sobre la LA y la queratometría ocular, para evitar realizar medidas biométricas en tal situación. En caso de ser inevitable debe preverse una tendencia a la hiperopía, mayor cuanto mayor sea la PIO inicial.

Firma del autor

Pedro Arriola-Villalobos
Hospital Clínico San Carlos. Madrid

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