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Autores:

Rodríguez JD, Lane KJ, Ousler GW, Angjeli E, Smith LM, Abelson MB

Resumen

La queratitis punteada es un signo ocular muy frecuente en oftalmología y poco específico de ninguna enfermedad, pero posee una importante utilidad al evaluar la progresión de los procesos que la presentan.

 

Existen múltiples escalas para evaluar la cantidad de captación, siendo las que valoran la zona inferior de la córnea las más interesantes en el ojo seco. Sin embargo, todas ellas son subjetivas y por ello imprecisas y difíciles de reproducir.

 

Se seleccionaron usuarios de lágrimas artificiales que referían o estaban diagnosticados de ojo seco, pero no presentaban enfermedades concomitantes. Fueron excluídos los usuarios de lentes de contacto y los que habían sido sometidos a cirugía refractiva.

La tinción se realizó con fluoresceína sódica instilada en el fondo de saco inferior.  Tras 5 minutos se obtuvo fotografía bajo filtro azul cobalto con una cámara digital acoplada a la lámpara de hendidura.

Para definir la zona a evaluar se seleccionaban manualmente 3 puntos en la córnea inferior. Esa imagen era procesada, normalizada y convertida a un formato binario que contaba las regiones de píxeles blancos del tamaño de una célula epitelial.

Las imágenes finales se ordenaron en 6 grados de severidad y se seleccionaron 9 de cada grupo. Las 54 imágenes fueron presentadas a 3 investigadores, que las definieron según el método clínico habitual, de 0 a 4.

En el análisis estadístico se evaluó la correlación entre investigadores y posteriormente la media de los investigadores respecto a la escala automatizada, obtenida por regresión.

 

La reproducibilidad en la definición de las imágenes fue muy buena, así como la concordancia entre las puntuaciones otorgadas por los investigadores (aunque uno de ellos presentaba puntuaciones más altas)

Al comparar la puntuación clínica respecto a la automatizada los resultados fueron significativamente concordantes.

Comentario

Los estudios multicéntricos  muestran dificultades a la hora de distinguir entre sutiles diferencias en el patrón de captación corneal de la fluoresceína. Los autores presentan como solución a este problema una escala automatizada para corroborar  las escalas clínicas.

Con ella se consigue un aumento de la significación estadística y mayor precisión  (con un solo parámetro) al evaluar los tratamientos. Además, los datos digitalmente almacenados permiten posteriores análisis en una base de datos permanente, que mejorará progresivamente su validez externa al aumentar los datos introducidos en ella.

 

La buena correlación obtenida entre ambas escalas refuerza la validez de ambas, pero serán necesarios más estudios para  detectar cambios mínimos. Esto podría equiparar este nuevo método a la escala clínica, que aún sigue siendo el método de referencia.

Conclusión

Este intento de automatizar (y con ello sistematizar, dar plausibilidad y otorgar un valor numérico) la medición de la captación corneal de fluoresceína puede resultar capital para poder realizar ensayos clínicos más fiables y poder comparar diversas intervenciones.

 

AUTOR:

Esther Rodríguez Domingo

Oftalmóloga del Complejo Asistencial Universitario de León

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