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Resumen

En este excelente estudio experimental que incluye autores de diversas procedencias y nacionalidades, entre ellos a la Dra Margarita Calonge de Valladolid, se trata de investigar la patogénesis del síndrome de ojo seco tratando de esclarecer el posible papel etiológico de los autoanticuerpos.
Para ello, se utiliza un modelo de ojo seco en dos cepas distintas de ratón que son expuestas a un “stress de desecación”. Este modelo de ojo seco, previamente descrito consistiría, de un modo sucinto, en la inyección de escopolamina subcutánea, humedad ambiental de menos de un 40% y un flujo de aire constante y mantenido. Asimismo se obtuvieron individuos de las mismas cepas (controles) que no recibieron este “stress de desecación” y fueron mantenidos en condiciones ambientales de en torno a un 70% de humedad con ausencia de ventilación forzada.
Se obtuvieron muestras de RNAtotal de la córnea, conjuntiva y glándula lagrimal de los ratones control (en el día 0) así como de los ratones sometidos al stress (a días 5 y 10 tras inicio del modelo). Asimismo se obtuvieron muestras de sangre (en este caso tras tres semanas de stress en el grupo tratado) y de IgGs purificadas de ambos grupos mediante punción cardiaca. En estas muestras, se efectuó un western-blot para evidenciar la presencia de autoanticuerpos. Finalmente, se trasfundió la sangre obtenida de ambos grupos a individuos sanos de las mismas cepas, sin ningún tipo de tratamiento previo, mediante punción peritoneal así como las IgGs purificadas. Los individuos receptores de la sangre y de las IgGs fueron sacrificados a los tres días tras la recolección de muestras de lágrimas y de tejidos de la superficie ocular. Para determinar si la activación del complemento podría tener importancia en la etiopatogénesis del ojo seco inducido por la transfusión de sangre o IgGs, se le inyectó factor de veneno de cobra (un potente inhibidor del complemento) a algunos de los individuos de estudio. En los individuos sometidos a stress se detectaron (mediante western-blot) niveles elevados de anticuerpos frente a la calicreína 13, que no se evidenciaron en los controles. Los individuos receptores de sangre o IgGs purificadas desarrollaron enfermedad de la superficie ocular (con marcada inflamación, destrucción tisular, infiltración neutrofílica, y presencia de citoquinas y quimioquinas proinflamatorias con destrucción de goblet cells) dependiente del complemento. Estos cambios no se observaron en los receptores del suero control. Funcionalmente, la inhibición del complemento limitó de forma significativa la aparición de enfermedad en los individuos recipientes de sangre/IgGs que recibieron el factor de veneno de cobra. En definitiva, este trabajo pone de manifiesto por primera vez el papel patogénico, y dependiente de la activación por el complemento, de autoanticuerpos específicos de ojo seco en el desarrollo de esta enfermedad, sugiriendo que su depósito en la superficie ocular contribuye de forma decisiva a la inmunopatogénesis mediada por células T de esta enfermedad.

Comentario

Pese a que el síndrome de ojo seco es una enfermedad tremendamente prevalente e invalidante poco se conoce respecto a su etiología. Se han descrito los efectos clínicos, así como los mecanismos, muchos de ellos inmunológicos (que originan una infiltración inflamatoria con incremento de citoquinas y quimioquinas proinflamatorias), que los determinan, sin embargo poco se sabe del origen de dichos mecanismos. Durante años se ha enfatizado el papel de los linfocitos T CD4+ en dicha patogénesis, de tal forma que una mezcla de stress ambiental y/o microbiológico propicios unidos a determinados factores predisponentes podría iniciar una cascada inmunológica que potenciase la autoinmunidad frente a determinados autoantígenos presentes en la unidad de función lagrimal (que comprendería la córnea, conjuntiva, glándulas lagrimales y glandulas de meibomio). De esta forma, determinadas células presentadoras de antígeno a nivel de la superficie ocular, y que han interaccionado con autoantígenos allí presentes, provocarían una expansión clonal de linfocitos frente a antígenos de la anteriormente mencionada unidad de función lagrimal. En esta línea se han implicado no sólo los linfocitos T-helper sino a otros linfocitos T como los Th17.
El papel de los linfocitos B, implicados en la patogénesis del ojo seco, ya sea como células presentadoras de antígeno, como secretoras de citoquinas, y/o como células plasmáticas secretoras de autoanticuerpos ha sido, sin embargo, menos estudiado y/o evidenciado. En este trabajo se demuestra el papel de los autoanticuerpos en la inmunopatogénesis del ojo seco experimental y, por vez primera, la posibilidad de transferencia de esta autoinmunidad, de su dependencia de la activación del complemento, y de su potencial efecto sinérgico con otros mecanismos (como los T-helper o Th17 inducidos) para la producción de esta enfermedad.

Conclusiones

La formación de autoanticuerpos específicos frente a los tejidos afectos por el síndrome de ojo seco puede ser un mecanismo iniciador y/o potenciador de esta enfermedad. Esto puede resultar crucial en los ulteriores estudios que traten de descifrar su patogénesis e implementar el tratamiento de dicha enfermedad.

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