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Autores del artículo original:

Sacchetti M, Mantelli F, Lambiase A, et al.
Resumen del artículo:

Nos encontramos ante una revisión de artículos publicados sobre el tratamiento del síndrome de disfunción lagrimal con ciclosporina A tópica. Los autores tratan de evaluar los ensayos clínicos aleatorizados realizados sobre este tema e intentan llevar a cabo un metaanálisis que consiga evaluar la eficacia y seguridad de este tratamiento concreto. Además evalúan la calidad de los artículos utilizando la escala de Jadad.

Con respecto al primer objetivo, parece que el análisis de los datos publicados nos lleva a la conclusión de que el tratamiento mediante ciclosporina A tópica es efectivo en la mejora de los síntomas del ojo seco sin poder establecerlo definitivamente debido a la gran heterogeneidad de los estudios analizados. Así pues no es posible la elaboración de un correcto metaanálisis para comparar los resultados de los diferentes ensayos. Existe gran variabilidad en cuanto a las concentraciones analizadas, los vehículos utilizados para la preparación de los compuestos y las patologías estudiadas. Y así, cuando el ojo seco se asocia a otras patologías de superficie ocular como la orbitopatía tiroides, las intervenciones quirúrgicas o el tracoma, los resultados beneficiosos no son tan claros, salvo para las secuelas del tracoma.

Es muy variable en los estudios también los síntomas analizados y las pruebas objetivas para evaluar la eficacia del tratamiento, así como los puntos de corte del estudio en los que se estudian los resultados.

Todos estos inconvenientes impiden que resulten claros los beneficios de este tratamiento como para ayudar a las autoridades sanitarias a recomendar el uso de la ciclosporina A tópica en el tratamiento de los síntomas de la disfunción lagrimal.

 

Comentario al artículo:

El síndrome de ojo seco, o síndrome de disfunción lagrimal, de acuerdo con la terminología más reciente, es una enfermedad con una prevalencia elevada en pacientes con enfermedades autoinmunes, mujeres postmenopáusicas y en la población mayor. La clasificación del síndrome de disfunción lagrimal incluye diferentes subgrupos, algunos caracterizados por deficiente producción de lágrima otros por excesiva evaporación y más. Para caracterizar a estos pacientes utilizar un grupo de pruebas en un algoritmo diagnóstico es más útil que utilizar una prueba aislada.
Aunque los mecanismos patogénicos exactos de esta enfermedad (o grupo de enfermedades) no son conocidos, hay evidencia más que de sobra para expresar que existe un proceso inflamatorio subyacente que involucra citoquinas y receptores y que afecta tanto a la superficie ocular como a las glándulas lagrimales.
El tratamiento del síndrome de disfunción lagrimal se realiza mediante el uso de lágrimas artificiales, corticoides tópicos, suero autólogo y también con agentes inmunomoduladores como la ciclosporina A.
Desde la década de los 80 numerosos artículos han resaltado la utilidad de la ciclosporina A en el tratamiento de un amplio grupo de enfermedades oculares de carácter inflamatorio incluyendo el síndrome del ojo seco, trasplantes corneales de alto riesgo, uveítis autoinmunes y queratoconjuntivitis vernal. Sin embargo, sólo la FDA de Estados Unidos ha aprobado el uso para el tratamiento de los síntomas derivados del ojo seco moderado o grave. De esta forma, al no estar disponible comercialmente en muchas otras partes, las composiciones que se han utilizado son preparados farmacéuticos con diferentes concentraciones y vehículos cuya utilización en los diferentes estudios hacen difícil la comparación entre ellos.
Si bien estas diferencias en la preparación del colirio de ciclosporina son más difíciles de igualar ya que dependen de los laboratorios o farmacias encargadas de su elaboración, sí que sería de gran utilizar homogeneizar los criterios de evaluación tanto de los síntomas como del resultado del tratamiento. La utilización de escalas validadas de severidad del ojo seco, la evaluación de la afectación de la superficie ocular mediante parámetros establecidos y las pruebas en las que se basa el éxito del tratamiento son fundamentales para dar más potencia a los resultados de los estudios realizados.

Conclusión:

La ciclosporina A tópica puede ser efectiva en el tratamiento de los síntomas derivados del síndrome de disfunción lagrimal.

Ni la concentración, ni la dosis más adecuada para el tratamiento puede ser establecida basándose en los estudios publicados.

Para obtener más fuerza para la recomendación de la ciclosporina A tópica como tratamiento de los síntomas de la disfunción lagrimal sería aconsejable establecer criterios claros tanto de diagnóstico como de respuesta al tratamiento.

Autor del comentario: 
Jesús Zarallo Gallardo.
Doctor en Medicina.
Hospital Universitario del Henares

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